“El pasado está escrito en la memoria y el futuro está presente en el deseo”
Carlos Fuentes Macías, escritor mexicano 1928-2012
Marian García escribió en su artículo “Prohibido vivir en el pasado”, dice que vivir anclado en el pasado o pendiente de qué pasará en el futuro es una manera de perderse el presente. El problema no es recordar momentos intensos, ni idear una vida deseada, el problema llega cuando nos refugiamos en uno u otro lado de manera continuada.
Pero, ¿qué les lleva a muchas personas a convertir el pasado en su presente? Resistirse a aceptar la realidad que se les presenta o considerar que una decisión tomada en el pasado es la causante del infortunio presente es uno de los motivos que hace a muchas personas vivir erróneamente.
El pasado está escrito con todas aquellas vivencias que nos han traído aquí y ahora, a este lugar y de esta manera. Es un baúl lleno de experiencias buenas y malas, de decisiones erróneas y afortunadas, de tristezas y alegrías y personas que entraron y salieron de nuestra vida.
No se trata de renunciar al pasado, sino evitar que se convierta en una atadura, un lastre, que nos paraliza y estorba para disfrutar del presente.
La solución está en nuestra mente
No se trata de borrar nuestro pasado, pues recordar momentos agradables nos provoca placer. Lo que se trata es de soltar el lastre y aceptar que el pasado es un pensamiento espontáneo y no una vivencia real. Saber sacar provecho del recuerdo de experiencias vividas, ya sean alegres o tristes, convirtiéndolo en una enseñanza para mejorar nuestra condición de seres humanos
El objetivo es dejar de hablar una y otra vez de lo vivido, especialmente de aquello que nos hizo daño, para pasar a vivir un presente sin cargas de culpabilidad, ni dolor. Como reza el proverbio árabe “saber que lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo”.
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