GUIAME 1966

PROMOCION 1966 TNTE. GC GUILLERMO ALCANTARA MENA

La inseguridad ciudadana


inseguridad-ciudadana

 

Ante los reiterantes resultados de las encuestadoras de todo tipo, los cuales ante la pregunta de rigor referida a lo que siente, percibe, presiente, observa, se da cuenta o simplemente cree sobre la «Inseguridad Ciudadana», nos refieren que, una gran mayoría de los encuestados opina que la supuesta «Seguridad Ciudadana» tantas veces pregonada y utilizada como «caballito de batalla» para las lides electorales de todo tipo, desde las Generales, Regionales y Municipales, hasta las promesas de costumbre tanto del Presidente de la República, así como la de la Presidencia del Consejo de Ministros, la de los seis Ministros del Interior, la de los Presidentes Regionales, la de los Alcaldes Provinciales y Distritales, de «poner todo su esfuerzo y conocimiento en la lucha contra la inseguridad ciudadana», vemos que sólo se han tratado de ofrecimientos populistas, sin planificación alguna, con un desconocimiento total y absoluto de la funcionalidad de cada uno de los estamentos asignados para combatirla, llámense la Policía Nacional del Perú mediante la Prevención en todas sus formas, así como los Servicios de Serenazgo de las Municipalidades. Igualmente, se ha podido comprobar, que por los resultados obtenidos hasta la fecha, no ha existido la mínima intención, de que la verdadera «Seguridad Ciudadana» cumpla con su cometido a fin de erradicar el temor de la sociedad de sentirse desprotegida.

 

Este es el triste resultado que premia así a la incapacidad, ineptitud, desconocimiento total y por tanto ignorancia, de los que asumen dirigir ésta lucha personalmente como lo prueban las declaraciones y conferencias de Prensa ofrecidas, por parte del actual señor Ministro del Interior. La soberbia, la vanidad, su egolatría, su afan de sobresalir a toda costa en toda portada noticiosa, su menosprecio por la propia PNP al desplazar de su única y profesional responsabilidad administrativa y operativa del Director General de la Policía Nacional del Perú, convirtiéndolo en un títere de su Despacho, demostrando que ya perdió el liderazgo si alguna vez la tuvo.

 

El capricho empecinado del señor Ministro del Interior, de darle mayor importancia al apoyo y prioridad de su Ministerio a la especialidad investigativa, dejando de lado la Prevención para evitar casualmente la comisión de faltas y delitos, tal como lo podemos apreciar cuando mantiene el Servicio 24 x 24, funesto y explotador sistema, la «compra» de los Francos, donde los únicos beneficiados son aquellos que los contratan pero que minan la efectividad en el servicio al verse sometida su capacidad y resistencia física a una sobre exposición al peligro sin descanso alguno y por lo cual la población siente estar abandonada, ya que los efectivos Policiales, sólo se ven en funciones especiales de custodia de locales comerciales, entidades bancarias, restaurantes, construcciones, eventos sociales, etc. aunado a que los llamados Patrulleros Inteligentes, sólo se encuentran estacionados y no patrullando. Esto a mi entender, o hay una maquiavélica maniobra de desprestigio contra la Policía Nacional, o tal vez una complicidad con la delincuencia común u organizada para desestabilizar la paz social y justificar la pretendida «Municipalización» y ahora «Militarización» de la PNP.

 

Por todo ello, y ante la ineficacia e ineficiencia de los servicios para proteger a la población que percibe claramente en lo que actualmente se ha convertido nuestro País, como «Inseguridad Ciudadana», permítanme entonces, ya no sugerirle ni al señor Ministro del Interior, ni al Director General de la PNP y ni siquiera al señor Presidente de la República quien se ufanó el 28 de Julio del 2011 y prometió al pueblo, que asumiría personalmente la Presidencia del «Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana – CONASEC», cosa que hizo por muy breve tiempo y luego abdicó por su incomprensión pienso yo, debido a su total desconocimiento de éstas funciones profesionales que practica la Policía Nacional del Perú. Por el contrario, interpretando el verdadero sentir y pensar de nuestros gobernantes y demás autoridades afines, darle, como ellos quisieran hacerlo, pero que por falta de entereza no se pronuncian, algunos consejos de utilidad diaria a los pobladores para cuando, si llegase a suceder, ojalá que no, un asalto o que sean víctimas de algún ilícito, puedan ponerlo en ejecución. Es obvio que los peruanos debemos con éste actual Gobierno y ojalá solamente con él, modificar nuestros hábitos y principios, para sobrevivir hasta que todo pase. En el 2016 será otra cosa si es que la PNP subsiste, sinó se continuará con estos consejos:

 

Comprender

1- El asaltado debe comprender de que el asaltante está amparado por los Derechos Humanos y que si delinque, es por ausencia de discernimiento y por traumas derivados de la marginalidad a que lo sometió la injusta sociedad que lo abandonó.

 

No prejuzgar

2- El asaltado debe, en todo momento, juzgar al asaltante como un menor juguetón, enfermo y urgido de rehabilitarse, o como un desempleado en búsqueda de sustento familiar.

 

No resistir

3- Enfrentado al victimario, la víctima debe asumir la no-violencia, porque la defensa propia, la de la familia y la de su propiedad son resabios del autoritarismo.

 

No denunciar

4- El asaltado debe abstenerse de presentar denuncia para no alterar la cifra estadística, según la cual, la ola delictiva está en declinación.

 

No comprometer

5- El asaltado debe evitarle a los policías el compromiso de arrestar al asaltante, impidiendo así que sean dados de baja por apremios ilegítimos en contra de una víctima de la sociedad y de las circunstancias que lo llevaron a delinquir.

 

Agradecer

6- El asaltado debe conservar perpetua gratitud, si el asaltante le permite seguir con vida, pues sólo le ha robado, apuñalado, o aterrorizado a toda su familia.

 

No demandar

7- El asaltado debe renunciar a interponer acciones legales contra el asaltante para evitarse pérdida de tiempo, honorarios de abogado y vendettas de parte de los delincuentes.

 

Un mal necesario

8- El asaltado debe evaluar al asaltante como un mal necesario para la sociedad, equivalente a: narcotraficantes, proxenetas, políticos corruptos, etc.

 

Silencio

9- El asaltado debe guardar silencio para evitar alarma pública que pudiera dañar la imagen del Poder Ejecutivo.

 

Apoyar y alentar

10- El asaltado debe apoyar el mejoramiento de las condiciones de vida del asaltante y sus compinches que pudieran estar en la cárcel y aplaudir las decisiones gubernamentales de dejarlos en libertad y manifestarse en contra de la pena de muerte.

Espero que todos hayan podido entender y sobre todo comprender el mensaje que he pretendido darles.

 

Cordialmente

José Valdivia Sotomayor

DNI 10312625

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