Me dirijo a usted Señor Ministro del Interior, Avelino Guillén, para manifestarle, por si no lo sabe, no lo recuerda o no lo quiere tomar en cuenta, que la Policía Nacional del Perú es una Institución del Estado, apolítica, jerarquizada y no deliberante, que está subordinada al Poder Constitucional que comprende la obediencia a la Constitución y las Leyes y, al Poder Civil a través del Presidente de la República Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional. Ésta subordinación es Constitucional, no es partidaria, ni es política, ni ideológica. A través de usted, es el Presidente quien pretende subordinar a la Policía Nacional al Poder Civil, conforme lo han intentado desde el desastroso primer gobierno de Alan Garcia, pero entendiendo como Poder Civil a los funcionarios, asesores, secretarios y demás personas civiles del Ministerio del Interior, que ahora fungen como supervisores, administradores, operadores, evaluadores, técnicos, estrategas, etc., de la Función Policial y por ese motivo éste Gobierno ha promulgado una serie de Resoluciones y Decretos que son la base para la proyectada demolición funcional de la Policía Nacional.
Está llevando a la práctica la ideología comunista, marxista, leninista, maoista y seguidores del pensamiento de Abimael Guzmán y de José Carlos Mariátegui plasmada en el Ideario del Partido «Perú Libre», que usted respalda desde que se le vió en una ceremonia pública, con una ofrenda floral en memoria de los terroristas caídos paradójicamente en enfrentamientos contra las fuerzas del orden que hoy mismo dependen políticamente de usted.
¿No siente usted vergüenza por tal afrenta a la dignidad funcional de la Policía Nacional del Perú? ¿Ó es que usted, como todos los comunistas, odia a la Policía?
Lamentablemente, es un mal endémico el que sufren muchos políticos con respecto a la Policía Nacional. Todos los Policías, y muy en especial los que nos encontramos en la Situación de Retiro, hemos sido y aún somos testigos de excepción, que desde la dictadura de Juan Velasco Alvarado, hasta el actual gobierno de Pedro Castillo Terrones, con algunas muy contadas excepciones personales, siempre ha sido el mismo proceder político, el premiar a los llamados «topos», por sus fidelidades y lealtades al político de turno (MININTER), que no son más que sometimiento y sumisión, y no al honesto Policía que cuenta con una impecable trayectoria, sirviendo de ejemplo a sus compañeros y dignificando el Servicio Policial en todas sus Funciones Especificas y sus Especialidades.
No se premia la constancia, la lealtad, la superación, el pensamiento, ni el trabajo profesional, ni mucho menos la honorabilidad.
Hoy vemos con la designación del Comandante General PNP Javier Gallardo y con todas sus desafortunadas acciones tanto en la manera de Comandar, en los Ascensos y por último, en los cambios de colocación, que lo que prevalece es el amiguismo, el servilismo, el conformismo, la aceptación, la adulación, la sumisión y el sometimiento tal vez para beneficio propio y no Institucional.
Ésto siempre colocó a los buenos mandos Policiales entre la espada y la pared: ó son competentes y comprometidos con la ciudadanía y sus requerimientos ante el notorio incremento de la inseguridad pública y del desorden interno, que indefectiblemente se ven reflejadas en la Seguridad Ciudadana.
El Policía con Mística y con Vocación de servicio a la sociedad, por ende, honesto y provisto de Valores Éticos, sabe que con un gobierno que no respeta la Constitución ni la Democracia, no será reconocido ni premiado, si es que no trabaja al servicio de los intereses políticos particulares del gobernante y sus adláteres de turno. No habrán ascensos ni recompensas, y por lo tanto, casi ninguna posibilidad de trabajar ó demostrar lo. primero.
Ésta es una situación que la percibo vigente con éste Gobierno de Pedro Castillo y con Avelino Guillén de Ministro del Interior, salvo algún error de percepción.
José Valdivia Sotomayor
DNI 10312625
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