GUIAME 1966

PROMOCION 1966 TNTE. GC GUILLERMO ALCANTARA MENA

Fraude Electoral 2021


Sin perder de vista ni siquiera por un segundo la situación actual de fraude electoral del cual somos testigos peruanos, extranjeros y «troyanos» (por lo del caballo), no me sorprende que hasta el día de hoy, no se haya emitido de manera Oficial, un Comunicado como los que le gusta dar al «Camarada» Francisco Sagasti Hochhausler, el mismo que funge de «Presidente de la República» supuestamente de manera transitoria, con relación al ataque netamente terrorista tanto a la Comisaria del Sector del VRAEM donde murieron dos efectivos Policiales y a un poblado cercano donde éstas huestes asesinaron a 18 pobladores dentro de los cuales se encontraban dos niños a tan sólo unos días de realizarse la 2da vuelta electoral.

El simple hecho de tratar de evitar por todos los medios el señalar que fueron ‘terroristas’ los responsables que ejecutaron estos asesinatos, ya sea por parte del Presidente, de la Primera Ministra, del Ministro del Interior y ni del actual Comandante General de la Policía Nacional, sólo demuestran la colusión de éstas Autoridades con los seguidores de Sendero Luminoso y Pensamiento Gonzalo.

Ésta total indolencia como prueba de complicidad, que nuevamente nos muestran ahora, y que siempre han mostrado, todos los actores políticos de éste y todos los gobiernos de turno respecto a la muerte de servidores uniformados de la Patria como Policias, cuya Función es la de mantener el Orden Interno y Público, a manos de entes ligados con el terrorismo y la subversión, que ciertamente no han sido ni eliminados ni derrotados en su totalidad como nos han querido hacer creer, es la responsable de éstas consecuencias.

Después del Gobierno de Alberto Fujimori, de quien decían había sido el artífice de la victoria de la democracia sobre las huestes lideradas por Abimael Guzmán con «SL» y Víctor Polay Campos con el «MRTA», todos los que lo siguieron desde Valentin Paniagua probado subversivo, pasando por Alejandro Toledo, Alan Garcia Pérez, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra hasta el actual «Camarada» Francisco Sagasti, han querido y aún pretenden falsamente desconocer, que el terrorismo está presente en el territorio peruano y mucho más específicamente, en nuestra serrania y ceja de selva. Están repitiendo obsecada, y tal vez muy convenientemente, el mismo y caprichoso error de don Fernando Belaunde Terry, quien insistía que sólo se trataban de comuneros insatisfechos ante sus justos reclamos. Hoy les dicen «ronderos»

Para tratar de distraernos de ésta ineludible verdad, algunos sectores ligados a la criolla «caviar» izquierda politica, crean psicosociales diciendo que los responsables de éstos asesinatos al personal policial, no son terroristas sinó sicarios contratados por los narcotraficantes de la Zona del VRAEM a cargo de los hermanos Quispe Palomino. Uno de éstos voceros de la «caviarada» peruana, es nada más ni nada menos que el inefable ex Ministro del Interior Gino Costa Santolalla respaldado por los convenientes y convenidos puyasos e insultos desde Palacio de Gobierno y la Presidencia del Consejo de Ministros, asi como las ralas bancadas parlamentarias afines a la caviarada necesitadas de tribuna libre.

Éstas acusaciones inverosímiles de todos los sectores, hace que aparezcan nuevos pitonisos y opinólogos políticos, con una tremenda capacidad de avisorar el futuro ya no leyendo el Tarot, ni las hojas de té o coca, ni mucho menos en la volutas de humo de los cigarrillos o la mente mediante la telepatía, sinó en los oscuros antecedentes del comportamiento de los Quispe Palomino y de sus familiares más cercanos.

En lo que nos compete como miembros, ya en el Retiro de la Policía Nacional, hecho que no nos quita el privilegio de seguir siendo Policías y sufrir lo que sufren todos, o tal vez casi todos los camaradas en Actividad, siempre hemos escuchado de los Políticos en toda ocasión, los ofrecimientos, críticas, bondades y desatinos para con ésta indefensa Institución Tutelar del Estado. Hablan siempre del respeto que nos merecemos pero que ellos son los primeros en incumplir. Todos mis colegas y yo nos preguntábamos si podía ser cierto lo que escuchábamos, veíamos y leíamos a través del periodismo parcializado o semi-independiente, y muchos llegábamos a la conclusión de coincidir con aquella sabia frase: «Ignorancia, cuantas estupideces se dicen en tu nombre».

Dos colegas vilmente asesinados hace unos días nos trae de vuelta a la realidad Nacional, que el terrorismo no ha desaparecido ni muerto en el Perú y que éste «Perú Libre» como Partido está tratando de instalarse para siempre en el sistema político y gubernamental, pero que no obedecen a contratos sicariales de sus huestes por el narcotrafico, ya que éstos últimos son los menos interesados en llamar la atencion para así poder proseguir con sus ilícitos negocios, sinó que personalmente tratarán de realizarlo. Mi comentario no sólo es por la muerte de éstos colegas, sinó por la indolencia mostrada y demostrada por el gobierno del «camarada» Francisco Sagasti, al no solamente no haber asistido a recibir los restos mortales de los valerosos Policías, o el haber delegado al Ministro del Interior, pero ni éste lo hizo con el General Cervantes Comandante General PNP tal vez obligado por las circunstancias de pertenecer a las filas de la Policía Nacional del Perú y no por otra razón, ya que ni el propio Presidente de la República, ni la Vice Presidenta, ningún otro Ministro de Estado, ningún Congresista ni representantes de los otros Poderes del Estado asistieron. Por otro lado, aunque las comparaciónes son odiosas, anteriormente en Chile, a la llegada del cuerpo de un Carabinero caído, concurrieron desde el Presidente de la República, los Vice Presidentes, los más altos representantes de todos los Poderes Políticos, Congresistas, así como delegaciones de Carabineros, del Ejército, de la Marina y la Aviación. Que tal diferencia de trato y respeto.

En el Perú, sin embargo, si no fueron todos, tampoco lo hicieron casi todos, disculpándose con el tema de la «Seguridad Ciudadana» o de la «Pandemia» con una increíble mixtura de insuficiencia moral y experiencia diplomática y política, a pesar que ninguno de ellos era o había sido Policía. La única experiencia, y con muy malos resultados, era la de aquellos que habían desempeñado puestos o cargos en el Sector Público, cercano o dentro del Ministerio del Interior. Algo así, como que uno por sentarse en la silla de un abogado o en el consultorio de un médico y ya se produce el milagro inmediato de transmitirse los conocimientos hacia nuestro cerebro, y resultemos teniendo tanta sapiencia como un verdadero abogado o médico, pero sin ninguna experiencia.

La experiencia del escritorio lamentablemente es escuchada, o se le permite expresar sandeces a quienes las dicen, por algo en que si coinciden todos: en hablar bien de los que integran ésta sacrificada y vapuleada Institución Policial; de sus paupérrimos y totalmente abusivos ingresos salariales, del abandono de sus instalaciones precarias, de la logística exigua y pasada de moda, de la pésima logística en el equipamiento, del maltrato a sus integrantes, de la falta de apoyo por parte del Ejecutivo en solucionar sus más claras necesidades, como Policías y como miembros de una familia. Ni los Derechos Humanos ni la Inclusión Social tan promovida como slogan por uno de los gobiernos anteriores los amparan, pero todos los Politicos lo que se esmeran en ofrecer es el «oro y el moro» como primera medida al alcanzar del Poder Político.

Difícil e incierto futuro para la Policía Nacional del Perú por la situación politica, que ojalá acabe felizmente con ésta grotesca parafernalia política, nos quedamos con lo que es el motivo de mi comentario, la triste noticia con la participación de un grupo de Policías peruanos, que por el sólo hecho de cumplir con su deber y funciones, son atacados por elementos que han hecho de su anti-patria un «modus vivendi» y que aún permanecen infiltrados en la sociedad, que incitan a la violencia, del cual como resultado del disparejo número de efectivos ante una masiva contingencia terrorista, son asesinados, y lo peor de todo, es que simpatizantes de éstos asesinos, pretenden tomar a como de lugar, así sea ésta vez con fraude electoral, las riendas del Gobierno.

¿Acaso han leído, visto o escuchado algún pronunciamento al respecto por parte del Presidente transitorio Francisco Sagasti o de cualquier otro representante del Gobierno? ¿De los conocidos «topos» y sabios opinólogos con experiencia de escritorio»? No, sólo y únicamente explicaciones de Fernando Rospigliosi tratando de distraernos.

Los que vestimos el sagrado uniforme de la Patria en la Policía Nacional, nuevamente nos inclinamos respetuosos, reverentes y fraternos, ante los cuerpos sin vida de éstos dos mártires valerosos compañeros de armas. ¿Habrán asistido las más altas autoridades políticas y del Comando Institucional a su velorio y sepelio? O como de costumbre por ya no ser noticia del día ni motivo de primera página -que nunca la tuvieron- ¿enviarán o designarán «Comisiones» a que asistan en su representación?

¿Y ahora que dirá el Comando Institucional, aparte de la Nota de Prensa a cargo de la DINFO? ¿Y los medios de difusión masiva como el periodismo? ¿Donde están los medios de comunicación social que tan «sabiamente» opinaban sobre el empleo y uso se armas de fuego? Ahora guardan cómplice silencio.

Me pregunto: ¿tenemos que esperar que sea cualquier peruano que no sea Policía el que muera a consecuencia de la delincuencia común y organizada, para que se levante la voz de protesta contra la inseguridad ciudadana? ¿Qué diferencia discriminatoria existe entre un Policía y un ciudadano que no lo es, para que se le tome en cuenta? ¿Acaso el sacrificio de por si en el cumplimiento de sus funciones y deberes, no lo convierte al Policía Peruano en mártir y muchas veces en héroes?

Como de costumbre, el valor – ojo, el valor y no el precio- de un Policía ¿no es suficiente como representante de la Ley en nuestro País? o ¿es acaso la continuación de lo que fueron los gobiernos anteriores que ya enuncié líneas arriba, en querer que la Policía Nacional del Perú esté al servicio del Gobierno de turno y no del Estado como debe de ser?

Hasta ahora estamos esperando el pronunciamiento de la Clase Política en cuya representación debería declarar el actual camarada Presidente del Perú, preocupado por los resultados electorales que lo harían muy posiblemente ser acusado por apoyar al candidato Pedro Castillo al solicitar el apoyo del escritor y Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, a fin convenza a la candidata Keiko Fujimori para que abandone la contienda. Francisco Sagasti debe de pronunciarse para saber todos los peruanos en general y los Policías en particular, cual va a ser el futuro incierto de nuestra Institución, la Policía Nacional del Perú y todos sus integrantes, los Retirados y los de Actividad hasta el cambio de Mando Presidencial y mejor aún, que podría depararnos éste futuro político incierto.


José Valdivia Sotomayor.
DNI 10312625

Publicado el Categorías Escritos José Valdivia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *